Chichén Viejo, el misterioso complejo habitacional de la élite maya, ubicado a unos kilómetros del icónico Castillo de Kukulcán en la zona arqueológica de Chichén Itzá, en el Sureste de México, finalmente revela sus secretos tras 35 años de meticulosa investigación. Este 3 de septiembre, el público tiene la oportunidad de explorar su esplendor una vez más.
Este sitio estuvo cerrado desde 1997, cuando comenzaron las excavaciones en el marco del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), derivado del proyecto del Tren Maya. «El arte desconocido e inimaginable de la cultura maya» de la región sur de México se encuentra plasmado en los palacios y templos que datan del 650 al 700 después de Cristo y vivieron su auge del 900 al 1.200 d.C.La reapertura se produjo gracias a un nuevo camino construido por la Guardia Nacional de Chichén Itzá, en respuesta al cierre del acceso anterior por la propietaria del Hotel Hacienda Chichén, Isabel Barbachano Herrero. Esto provocó una pausa en las investigaciones, que se reanudarán próximamente.
Entre las 27 edificaciones que componen Chichén Viejo, destaca el impresionante Palacio de los Falos, que revela la vida y rituales de un personaje importante de la élite maya. La decoración de este palacio y otros edificios refleja el profundo conocimiento de los mayas sobre el universo y sus mitologías.
La reapertura se llevará a cabo de manera gradual, con un límite de alrededor de 50 visitantes por día. Este nuevo acceso permitirá a los turistas obtener una visión más clara de la sociedad maya y el poder de su élite. La logística se está diseñando para garantizar el orden y la seguridad, incluso en condiciones climáticas imprevistas. Además del Palacio de los Falos, el Templo de la Serie Inicial y otros tesoros aguardan a quienes buscan explorar el legado de esta antigua civilización.
