La esperada película de Barbie ha generado un impacto sin precedentes en el público mexicano, evidenciado por la rápida desaparición de los vasos y palomeras promocionales en las principales cadenas de cines del país. Desde las primeras horas de actividad en Cinépolis y Cinemex, los productos se agotaron, desatando una oleada de quejas en redes sociales.
Las redes sociales fueron el canal principal a través del cual los clientes manifestaron su descontento. No solo se quejaron del agotamiento de los promocionales, sino también de la presencia de personas que adquirieron grandes cantidades, aparentemente con la intención de revenderlos a precios elevados en espacios para coleccionistas.
«Estimado cliente, te informamos que no contamos con los vasos promocionales de Barbie», se lamentaba una imagen compartida en Twitter por una página de tendencias, representando la frustración de muchos cinéfilos.
Las redes sociales también se llenaron de denuncias sobre la venta de estos productos a precios exorbitantes en páginas de Internet, generando indignación entre quienes deseaban conservar un recuerdo de la experiencia de asistir al estreno de la película.
El fenómeno se repitió en Cinemex, donde las palomeras promocionales, diseñadas como la caja de la icónica muñeca, también volaron de los estantes en cuestión de horas. La restricción de un producto por persona no impidió que algunos empleados acapararan existencias, dejando a muchos sin la oportunidad de adquirir el codiciado artículo.
Para los fanáticos de Barbie, los promocionales forman parte de la experiencia cinematográfica y sirven como un recuerdo tangible de haber sido testigos de un estreno tan popular como este. Sin embargo, la especulación y el acaparamiento han empañado esta experiencia, dejando un sabor agridulce entre aquellos que no pudieron obtener los ansiados objetos.