El Papa Francisco anuncia la elevación de 21 eclesiásticos al rango de cardenales, marcando así su huella en el grupo que eventualmente elegirá a su sucesor tras su muerte o renuncia. Durante su oración del mediodía en la Plaza de San Pedro, el Papa de 86 años anunció que la ceremonia de instalación, conocida como consistorio, se llevará a cabo el 30 de septiembre. Este será el noveno consistorio convocado por el Papa desde su elección hace 10 años como el primer pontífice de América Latina.
Los nuevos cardenales provienen de diversos países, incluyendo Estados Unidos, Italia, Argentina, Suiza, Sudáfrica, España, Colombia, Sudán del Sur, Hong Kong, Polonia, Malasia, Tanzania y Portugal. Dieciocho de los 21 tienen menos de 80 años y, por lo tanto, podrán participar en un eventual cónclave secreto para elegir al próximo Papa, siendo conocidos como cardenales electores.
Con este nuevo consistorio, se sumarán 137 cardenales electores, lo que representa aproximadamente el 73% elegidos por el Papa Francisco. Esto aumenta la posibilidad de que el próximo Papa comparta su visión de una Iglesia más progresista e inclusiva. Asimismo, Francisco ha demostrado su interés en aumentar la representación de Asia y África en la jerarquía eclesiástica, nombrando cardenales electores de estos continentes y reduciendo la importancia histórica que se daba a los países europeos.
El Papa Francisco, cuya salud se ha visto afectada recientemente tras una operación de hernia abdominal, continúa su recuperación satisfactoriamente. Además, tiene previsto realizar visitas a Portugal del 2 al 4 de agosto y a Mongolia del 31 de agosto al 4 de septiembre. De los 21 nuevos cardenales, tres tienen 80 años o más y no podrán participar en un cónclave para elegir al próximo Papa, sin embargo, su nombramiento es un gesto de agradecimiento por su largo servicio a la Iglesia.
Los cardenales ocupan el segundo lugar en la jerarquía eclesiástica después del Papa y son sus consejeros más cercanos. A pesar de su poder e influencia históricos, el Papa Francisco ha instado a los cardenales a no vivir como la realeza y a mantenerse cerca de los pobres, recordándoles su compromiso con los valores de humildad y servicio.
